viernes, 11 de mayo de 2012

Huasipungo


La obra Huasipungo de Icaza es una novela indigenista que retrata la vida de los huasipungos, indios que viven en Ecuador, y el maltrato que sufren a las manos del hombre blanco. Esta abre con la introducción de Alfonso Pereira, el principal representante masculino de la raza criolla, y la decisión de él a ir a Tomachi para construir una carretera (un pedido que ha hecho Mr. Chapy, un gringo que simboliza la cultura materialista e imperialista de los Estados Unidos) y así pagar sus deudas. Claro, la novela ocurre a los principios del siglo XX así que Alfonso no moverá un dedo en cuanto a la construcción de la carretera; obligara a los indios a hacerlo y los pondrá en riesgos mortales. Este es el mero comportamiento de los blancos hacia los indios que Icaza critica. En el transcurso de la obra los indios se rebelan y mueren heroicamente defendiendo sus derechos.

En mi opinión personal, al comienzo cuesta acostumbrarse al lenguaje distorsionado y coloquial de los indígenas (por ejemplo, en vez de decir 'morir' dicen 'torcer el pico' (p.155) pero este proceso es vital para la comprensión del texto. El dialogo de los indios es un reflejo de su falta de poder y valor en la comunidad ecuatoriana. Icaza se enfoca y enfatiza la miseria y la pobreza de los indios; un tema principal y característico de los escritos indigenistas. Al lector se le describe el constante abuso y maltrato inhumano de los indios atreves de unas descripciones crudas que hasta llegan a evocar sensaciones repulsivas y altamente desagradables. Se hace claro que Icaza sabe como emplear el recurso literario de la imagen para provocar tales reacciones del lector. Por ejemplo, en una parte del libro se describe la "suave babosidad de la carne corrompida" (p.209) que comen los indios- dime tu si no se te revolvió el estomago con esta imagen táctil. Asimismo, el estado social miserable de los huasipungos es un eco del pueblo en el que habitan. A causa de "la miseria y la indolencia de la gente" el pueblo de Tomachi es un "nido de lodo, de basura, de tristeza" (p.74).

Otro tema que Huasipungo abarca es el de la corrupción moral de la religión. El cura abusa de su poder al manipular a los indios con la religión, aterrorizándolos con la idea del infierno. Cuando se supone que el sacerdote es un hombre de Dios, este rompe su votos (vive con una concubina, tiene relaciones sexuales con una chola y constantemente le saca dinero a los indios) y en vez de enseñarles el camino a la salvación, lleva a los indígenas a la damnificación. Él se alía al latifundista pues le conviene económicamente.

Los 'villanos' de la novela no son los hechiceros maléficos de los cuentos de hadas pues la única arma que poseen es el vehemente desprecio que tienen hacia los indios. Y en esta obra ese odio irracional es lo único que necesitan para causar sufrimiento. Si hay látigos y pistolas en la novela, pero estas armas físicas son productos del odio. Sin embargo, se debe hacer notar que Icaza no presenta a los indios como ángeles; ellos se abusan entre si y compiten ferozmente para sobrevivir. Para mi este hecho no paro que compadeciera de la comunidad indígena - después de todo, fueron los blancos que empezaron el juego del odio. Un elemento del libro que agrega a su éxito es el hecho de que los eventos que narra no le aplican solamente a los huasipungos, sino a todos los indígenas que habitaban Latinoamérica antes de la conquista española. Los aztecas, los incas, los tainos- todos masacrados sin piedad.

En conclusión, yo le recomiendo esta novela a los latinoamericanos. Debemos ser orgullosos de nuestras culturas ricas pero también reconocer que nuestra historia no siempre ha tenido un final feliz y a veces ha acabado con la sangre de un grupo inocente derramada. Por mi parte soy mitad venezolana y mitad mexicana pero mi descendencia es europea. Me da miedo pensar que si hubiera vivido hace cien años quizá yo hubiera sido Lolita o Blanca. Quizá no.

Con el propósito de informarle al público sobre la realidad cotidiana del indio, Icaza resalta sus penas y condena a los blancos; todo en una novela exquisitamente compuesta que se titula Huasipungo.